domingo, 2 de septiembre de 2012

Don Lancerio y la cultura

“En mi calidad de ex ministro lamento profundamente que este gobierno, que habló de cambios, siga haciendo lo mismo de todos los trogloditas anteriores, que lo que de menos se ocupan es de la cultura”, palabras del artista plástico Élmar Rojas  en su crítica a la situación actual.
No cabe duda que algo del fascismo, sólo que más encubierto pero con la misma intención de callar voces, sucede actualmente contra las artes, contra la cultura, contra los grupos que quieren y luchan por una Guatemala diferente. Esto no es casualidad, si sabemos que todos los funcionarios públicos fueron cuidadosamente escogidos precisamente por su opacidad y servilismo incondicional para decir amén a todo lo que dicte el ejecutivo.
Guatemala, un paí­s que en más de cien años no ha tenido una guerra con algún bando fuera de sus fronteras tiene un Ministerio de Defensa que acapara todo el dinero que deberí­a estar en las cajas del Ministerio de Cultura y Deportes. Si comparamos los rubros que fueron asignados a ambas carteras en el Presupuesto General de Egresos e Ingresos para este año, podemos darnos cuenta cómo el Estado, con nuestros impuestos, le otorga más plata a la “seguridad” que al fomento de las artes.
El Ministro se quejó de la escasez de recursos, pero cuando le preguntaron sobre la celebración del Baktun 13, habló de invitar a artistas internacionales y premios nobel, repitiendo lo que algún asesor le mencionó, ya que su vasto conocimiento en cultura general le impidieron recordar -o conocer- el nombre de algún premio nobel de literatura.
Es urgente que desde el Estado se conciba al arte como una opción de vida. No queremos violencia, por lo que es necesario apoyar a quienes con la actuación, la danza, la pintura, las letras y la escultura -entre otras disciplinas-, construyen la vida.
Acaso haya en esta columna, desesperación, clamor, impaciencia por los  siglos de silenciamiento y autocensura que han anulado y deformado nuestra capacidad de interlocución con el otro. Y si hay quienes ven irrespeto y ausencia de reconocimiento,   así hemos venido desde siempre, desde el aullido a la palabra,  entendiéndonos. Ojalá que así continuemos.


…patria, con minúscula

 Llegó el momento de los símbolos desgastados que olvidados todo el año aparecen de improviso rodeados de un falso patrioterismo: cancioncitas, los héroes, la flor nacional, el himno, la bandera, el instrumento autóctono, el ave símbolo, el árbol patrio, el escudo, Símbolos gastados que salen de su gaveta cada septiembre para festejar la independencia. Luego, cada uno vuelve al lugar que le corresponde: el olvido, porque, tristemente, las palabras que representan (justicia, fortaleza, victoria, libertad, gloria, verdad, vida y pureza) perdieron hace mucho su vigencia. La palabra “patria” despierta en mí, como en tantas otras personas seguramente, algunos sentimientos encontrados. Pienso que la patria es ese sitio al que siempre se retorna y del que constantemente deseamos salir; es sensación de alivio y constituye a la vez un lastre; es refugio y cárcel; objeto de un culto a veces desmedido desde la distancia y de un rencor no menos desmedido en la proximidad; el propio vocablo es materia prima de grandes poetas y pisoteada figura retórica de políticos y tiranos. La patria con minúscula no tiene nada de esencialismo, ni de metafísica, ni de hipóstasis ni epifanías, es de puro adobe, sencilla y triste como es la Guatemala del interior y América latina toda, y decir esto no implica caracterizar ese estado material como virtuoso pues ello constituiría otra forma de esencialismo, el de las imaginarias bondades y virtudes de los pobres que deben seguir siendo pobres para ser buenos y virtuosos y no contaminarse con los pecados y las maldades de los otros (otro esencialismo más), “pobrismo” asquerosamente utilizado por algunos que comen y comen muy bien hablando del pueblo en nombre de éste pero congelándolo para poder subrogarlo en el ejercicio de su cuota de soberanía. Julio Fausto Aguilera, poeta jalapaneco lo dijo de mejor manera: Esta patria es taller telares fábrica/ laboratorio, orfebrería, andamio/ Hogar que se construye y embellece/ sin ocioso ni privilegiado/ Tejedores, bioquímicos, poetas…/ Tienen madera todos los serruchos/ hay para todos martillos clavo/ Para toda canción sobran oídos/ Y nunca faltan temas a los bardos.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Instituto Técnico Industrial de Mazatenango

Técnico Industrial de Mazatenango El sábado 28 celebramos los 48 años del Instituto Técnico Industrial de Mazatenango, con miras a los 50 años. Sostengo que la realidad de mi vida empezó en el año 1967 cuando crucé la pila que en ese tiempo existía en el Técnico al bajar las gradas y llegar a las barracas (antiguo internado). El Bautizo (ahora le dicen bullying). Con todo y ropa, con el temor de un patojo de 15 años, cerré los ojos al entrar al agua, al salir del lado contrario y abrirlos se abrió un mundo nuevo que ha dejado una huella profunda en mi corazón: La solidaridad. Todos sabemos que las clases dominantes de la historia, llámense como se llamen, han procurado siempre que la mayoría del pueblo no tenga historia, no tenga doctrina, no tenga religión, y que no tengamos héroes sólo mártires. Lastimosamente la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas. Entonces nosotros debemos quebrar ese círculo, como dijo mi hijo: “ya no haciendo huella en la montaña sino de otra manera: solidaridad, libros, cultura, educación." Así que desde allí, la mayoría de ex alumnos sabemos que no debemos renunciar a los valores, a los principios y estar al servicio de una causa que quiere dignificar al hombre, que quiere colocar al hombre en el sitial que le corresponde: La dignidad. Cuando a los 17 años salí a buscar un empleo, recibí enseñanzas de otra índole: la realidad laboral imperante. Corría la liebre. Es difícil, si más aún en este tipo de sociedad, cuando nosotros pretendemos tener una moral que no sea la típica de esta sociedad, nos encontramos permanentemente con ésta tabla de valores que pretende colocar a toda la población bajo su imperativo. Ahora, por la sociedad materialista es un poco más difícil, pero no imposible. Digo no imposible, porque cuando veo a jóvenes que luchan por el mismo ideal, el de llevar a la práctica las ideas de solidaridad, de darle dignidad al hombre, de tratar de que se culturice, que se eduque, que se haga mas humano, eso mis queridos hermanos tecnicistas, da esperanza de un futuro mejor.

lunes, 13 de febrero de 2012

Centro Intercultural de Xela

El día 29 de Marzo de 1930 se llevó a cabo en el Salón de Honor de la Municipalidad de Quetzaltenango, la reunión de todos los representantes de los municipios de la Republica de Guatemala, el Honorable Cuerpo Consular, autoridades Civiles y Militares y el pueblo invitado. El Señor Teófilo J. Nieves llevó la palabra en nombre de la Sociedad de Artesanos, felicitando a todos los obreros, que con su sudor habían hecho realidad esta obra: La construcción del Ferrocarril de los Altos, cuya estación principal fue el Centro Intercultural, ahora convertido en polémica absurda por declaraciones como la del gerente de la cámara de comercio de Xela o la postura, cual Pilatos, del Concejo Municipal quién resolvió, por cobarde unanimidad, que el Estado sea quien decida sobre el destino de la utilización de esa sede donde primero funcionó la estación del Ferrocarril de Los Altos y luego la Zona Militar 17-15, Manuel Lisandro Barillas.
Hay signos que debemos analizar con toda nuestra capacidad crítica para entender lo que buscan. Por ejemplo, qué implican hechos como eliminar la participación civil en la designación de autoridades, pactar con las mineras, militarizar las calles, cerrar espacios de expresión como el que ahora nos ocupa. Por supuesto, la seguridad de la población es vital, pero esa seguridad es imposible si la fuerza es la única alternativa. No debe de convertirse en un circo romano. La educación y las oportunidades, así como la eliminación de las viejas estructuras de corrupción y linaje debe ser prioridad.
Contraponiéndose al discurso de la elite dominante, el imaginario progresista de la ciudad se ilusiona con la idea de una ciudad de todos y para todos. No obstante hoy vemos que la ciudad es de nadie. La ciudad es el escenario de esta tensión social que producen las políticas conservadoras y las economías neoliberales. Por distintas circunstancias (exclusión, resentimiento, indiferencia, individualismo, puro interés utilitario, etc.) no existe un colectivo social que sienta como propia la ciudad. La cultura sigue en agonía al igual que el Centro Intercultural.

El Poema galáctico

El morbo como seres humanos al escuchar a los agoreros, profetas, pastores y un sinfín de pendejos, nos subyuga. Aparecen siempre predicciones catastróficas que ponen fecha final al planeta y a la humanidad entera. Muchos sentimos interés por esa fecha, 21 de diciembre de 2012.
Conversando con el amigo Dr. Daniel Matul al respecto, quién al igual que yo está ávido por saber más de este inquietante asunto, me ha hecho llegar el Poema Galáctico, de su autoría, donde explica que la cultura maya siempre abordó los eventos científicos que se pueden probar, pero no deben considerarse como profecías. Como bien dice: recientemente y a propósito de la finalización de un ciclo, en la cuenta del Calendario Maya, de cinco mil ciento veinticinco, el 21 de diciembre del año 2012, se han expresado diversas opiniones tanto en Guatemala como en diferentes partes del planeta como erróneamente se ha hecho creer, en especial lo que ocurrirá cuando finalice el actual ciclo de 5 mil 125 años, que dio inicio el 11 de agosto del año 3 mil 113 antes de Cristo.
He aprendido que la ética de la cultura Maya es espiritual y no entra en la trampa de los fatalismos que predicen el fin del mundo con una serie de acontecimientos, como violentos terremotos, erupciones volcánicas y huracanes devastadores.
Insiste el Dr. Matul que la idea consiste en invitar a la investigación sobre lo que ocurrirá en el solsticio de invierno del 2012, a fin de buscar una explicación más cercana a la realidad y distante de los fundamentalismos de cualquier tipo, los mesianismos y las actitudes milenaristas. ¿Porqué poema galáctico? Lo qué habrá de ocurrir dentro de seis años es un “fenómeno astronómico hermosísimo, un poema celeste”, agrega el Dr. Matul. . El Sol del solsticio de invierno llegará a estar exactamente encima del cruce que forman en el cielo el ecuador galáctico –el centro de la Vía Láctea– y la eclíptica del Sol. El Sol atravesará perpendicularmente la Vía Láctea, es una cruz astronómica.
¿Quién Sabe?/¡Que aclare!/¡Que amanezca!/¡No habrá Gloria ni grandeza
hasta que se forme la humanidad real!/La humanidad verdadera: Halach Winic/ Pop Wuj Libro Sagrado Maya.

sábado, 7 de enero de 2012

Autobiografía

Primer intento:
Nací en un barrio, Las Delicias, en Cuilapa, Santa Rosa; crecí sin grandes contradicciones, en diferentes lugares... como gitanos dice mi madre.
Un hombre es un hombre; una mujer es una mujer. De todas formas crece, se reproduce y muere.

Segundo intento:
Por mi abuela paterna y sus historias soñaba al pié del Tecuamburro habitaba un enanito que poseía una olla llena de monedas de oro.

Tercer intento:
Comía frijoles con plátano todos los días y cazaba cuanto animal alado o terrestre con mi honda, después vinieron los tiempos de los primeros pitillos y “serote” no me toqués, que te rompo la jeta.

Cuarto intento:
Se llamaba Julia, cirquera de oficio, corazón de limón, yo tenía diez años, ella veinte. “Vení, vení, no seas sonso vamos a buscar el gato debajo de la cama”
Hoy podría dejarle flores en el camposanto.

Quinto intento:
Los miércoles era el día de las novenas, es decir, el día de más propinas en la iglesia de San Miguel, Guazacapán; los muertos vivos, rezaban por sus muertos muertos, y ponían su diezmo en la alcancía especialmente preparada.

Sexto intento:
Mi madre nació en Cuilapa, igual que yo, cerca de una iglesia; mi padre nació en Guazacapán, cerca del Tecuamburro, de ahí mi solemnidad. Mi madre solía contarme historias de amor.

Séptimo intento:
Yo era pulcro y me lavaba todos los días el corazón. Después vinieron los veranos violentos; los amores ingratos, las despedidas violentas.

Octavo intento:
Fui vendedor de periódicos, feriante, estudiante de ingeniería, karateca, caminador incansable, acólito, psicoanalista fuera de la ley, tornero, lector de novelas del oeste, colaborador de los “otros” en mis violentos años en que fui sindicalista obrero. Digamos que todos estos oficios, fueron delicados, como el agua de rosas, digamos por ejemplo que me gustaría tener un caballo de carreras, como en mi infancia me hubiese gustado tener una bicicleta, un tren eléctrico y una novia trapecista.
Digamos por último que me gustaría ser cantante de rock, y lanzarles gritos de amor, desgarradores gritos de amor a las jovencitas de los primeros palcos.
Pero ya no puedo. A mis sesenta años haría el ridículo gritando en el teatro Roma al ver a la morena izabalense en el concurso de señorita “las mejores piernas”.

Último intento:
Soy escritor en un país analfabeta. Escribo mis utopías, me refugio en la libertad de mi ordenador, a veces experimento por amor al arte y me escondo de la hez de la sociedad. De tanto leer he quedado escrito por otros. Por eso cuando quiero escribir por mí, siento que ya lo han hecho. Porque si tuviera que escribir mí biografía, mi vida, no habría diferencia entre lo que pasó afuera y adentro. Ni habría una línea divisoria entre lo que fue suceso exterior y lo que fueron textos ajenos.

Un cabrón dijo que todas las vidas merecen ser escritas. Pero algunas, como la mía, son plagios.

Lo dejo a su criterio lector Ileso. Ileso, por lector.