…patria, con minúscula
Llegó el momento de los símbolos desgastados que olvidados todo el año aparecen de improviso rodeados de un falso patrioterismo: cancioncitas, los héroes, la flor nacional, el himno, la bandera, el instrumento autóctono, el ave símbolo, el árbol patrio, el escudo,
Símbolos gastados que salen de su gaveta cada septiembre para festejar la independencia. Luego, cada uno vuelve al lugar que le corresponde: el olvido, porque, tristemente, las palabras que representan (justicia, fortaleza, victoria, libertad, gloria, verdad, vida y pureza) perdieron hace mucho su vigencia.
La palabra “patria” despierta en mí, como en tantas otras personas seguramente, algunos sentimientos encontrados. Pienso que la patria es ese sitio al que siempre se retorna y del que constantemente deseamos salir; es sensación de alivio y constituye a la vez un lastre; es refugio y cárcel; objeto de un culto a veces desmedido desde la distancia y de un rencor no menos desmedido en la proximidad; el propio vocablo es materia prima de grandes poetas y pisoteada figura retórica de políticos y tiranos.
La patria con minúscula no tiene nada de esencialismo, ni de metafísica, ni de hipóstasis ni epifanías, es de puro adobe, sencilla y triste como es la Guatemala del interior y América latina toda, y decir esto no implica caracterizar ese estado material como virtuoso pues ello constituiría otra forma de esencialismo, el de las imaginarias bondades y virtudes de los pobres que deben seguir siendo pobres para ser buenos y virtuosos y no contaminarse con los pecados y las maldades de los otros (otro esencialismo más), “pobrismo” asquerosamente utilizado por algunos que comen y comen muy bien hablando del pueblo en nombre de éste pero congelándolo para poder subrogarlo en el ejercicio de su cuota de soberanía.
Julio Fausto Aguilera, poeta jalapaneco lo dijo de mejor manera: Esta patria es taller telares fábrica/ laboratorio, orfebrería, andamio/ Hogar que se construye y embellece/ sin ocioso ni privilegiado/ Tejedores, bioquímicos, poetas…/ Tienen madera todos los serruchos/ hay para todos martillos clavo/ Para toda canción sobran oídos/ Y nunca faltan temas a los bardos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario