sábado, 15 de octubre de 2011

Metamorfosis

El soñador se detuvo bajo los árboles 
Rumiando su amarga melancolía
 
La muerte trazó con la uña lívida su primera arruga
 

El crepúsculo orló su frente de iluminado rebelde
 

El soñador fugitivo se detuvo a meditar
 
Oyendo una Voz: “condenado estás ¡oh poeta!
 
Tu alma obscura se iluminará con el Verbo
 
En tu boca tronará una “voz que clama en el desierto”
 

Dejarás tu túnica en las zarzas hostíles del camino
 
Te perseguirán los malos, los perversos y los réprobos
 
Pero nadie podrá contra ti, porque eres fuerte como el roble
 
Y harás sonar la trompeta de tu palabra.
 

Harás vibrar sobre los malvados tu sátira implacable
 
Harás oir a los perversos tu clamor de lenguas
 
Harás sentir a los réprobos el filo de tu pluma vengadora
 
De tal modo que se diga: habla el mar o ruge el viento
 

Tus dicterios caerán sobre la cabeza del malvado
 
Harás contra ellos una biblia de odio, con versículos de oro y plata
 
Porque estás llamado a predicar de pueblo en pueblo
 
Un evangelio de iracundia sublime, mas de bién y de verdad.
 

No adorarás a los fuertes que se ensañan con los débiles
 
Aborrecerás a los débiles que adoran a los fuertes
 
Aborrecerás a los falsos profetas y apóstoles del mal
 
Sobre todas las cosas amarás la verdad, la razón y la justicia”
 

La Voz calló. El poeta solitario lloró su amargura hasta el alba
 
Se había hecho apóstol, e iba en pos del martirio a la muerte mas crúel
 
Vió un árbol como una cruz que le reveló el fín de los poetas
 
De los profetas vagabundos, de los Cristos mansos y humildes.
 

Y encontró La Verdad....
 

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