martes, 31 de agosto de 2010

Mi primer contacto con Xela, en 1982, fue impactante porque aquí mi vida sufrió un cambio radical, aquí nacieron mis hijos, nunca pensé vivir tanto en esta ciudad de contrastes, basura por doquier, conflictos interculturales, desposeídos en los semáforos y calles.

La Xela de sus bellos paisajes, de su clima y montañas, de sus volcanes en erupción, de sus ríos de aguas negras; de las tortillas y los frijoles, de las xecas con frijol, tamales y atolitos, de las amebas en las carretillas de comidas ambulantes, de los niños con desnutrición; la Xela de los chivos, de los escritores, de los gobiernos municipales mezquinos, de las calles con baches, de los miles de miles de cables en los postes; de las bandas del INVO, del Liceo, de la Patria, y del himno sin sentido (insistamos con la Luna de Xelajú).

La Xela de los deportados, la Xela de los nunca más, de los “tal vez”, de los “Dios se lo pague”, de los “no tenga pena”, de los “fíjese que” de las tradiciones orales k'iche'es y mames, de los cuentos de don Chebo, del Centro Histórico más antiguo de Guatemala; de las procesiones, de las manifestaciones, de los deslaves, de los hundimientos, de las inundaciones, de la Indita y de la cerveza Cabro (me dijo un amigo: la Gallo es de Guate); la Xela del 15 de septiembre, del 7 de octubre, los primeros viernes de cuaresma en las iglesias, del 1 de noviembre en El Calvario, del día de Tecún Umán; la Xela de los indios, costeños y ladinos, chinos, gringos y cucuruchos.

La Xela de los buñuelos, de los paches de papa, de los cuidacarros, de los policías corruptos, de las tiendas con rejas y las palomas del parque. La Xela de los Pac, de los Shell, de los Morales, de los Miralbéz, de los Aguilar, de los Guzmán, de los Velásquez, de los Juan Chapín, de los niños hambrientos y de los medicamentos genéricos; de niebla, de elotes locos, del fiambre, del Pollo Albamar, de Xelapan; del Pasaje Enríquez, de La Bonifaz, de la energía eléctrica deficiente; de los cielos hermosísimos donde dicen que se baña la Virgen del Rosario, de los Maximones y del Cristo “canche” de San Nicolás.

A veces no creemos amar… pero amamos… Todo es poco para reconstruir la Xela de mis amores.

domingo, 29 de agosto de 2010



Hace pocos años, en el Salón de Actos de la Escuela de Medicina, conocido también como el Paraninfo de la Universidad, ese 1 de diciembre de 1944. La Junta Revolucionaria de Gobierno, integrada por Jorge Toriello Garrido, el capitán Jacobo Arbenz Guzmán y el mayor Francisco Javier Arana se apersonaron para hacer entrega a las autoridades universitarias, a los profesores y estudiantes, a los graduados de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) el Decreto Nº 12 que le otorgaba su autonomía. Por aquellos días, la insurrección popular en contra de la dictadura de Ubico ya había comenzado y el sátrapa había respondido con la caballería y los garrotes, inclusive en contra de mujeres manifestantes que fueron atacadas a balazos. La universidad vivía también la dictadura en su interior. El rector,  los decanos y profesores eran nombrados a dedo por el dictador. Los estudiantes no tenían voz ni voto, tenían que ser obedientes y no deliberantes, como un ejército. El pensamiento crítico, ni pensar. El pensamiento en sí mismo era subversivo. Las ideas renovadoras sólo podían ser perseguidas. Era una universidad cooptada por el Estado, por la dictadura del general Ubico, que no soñaba con servir al pueblo de Guatemala, que la sustentaba.
Hoy la Usac nuevamente está cooptada –no son pocos los adeptos del partido de gobierno–, por ciertos sectores de poder económico vinculados al capital financiero, a contrabandistas conspicuos que financian las campañas, no sólo de los cargos a rector, directores de centros universitarios, sino de eventos eleccionarios de las facultades, de los colegios profesionales e inclusive estudiantiles. Las medidas tomadas por los Estudiante por la Autonomía, EPA tiene una gran validez. Es una reivindicación del movimiento estudiantil para  luchar por la autonomía universitaria,  el movimiento iniciado ha tomado fuerza. Hay muchos profesionales y universitarios que están  convencidos de que es el momento de rescatar a la Usac,  rescatar la autonomía universitaria de estos poderes fácticos y extrauniversitarios que la han hecho añicos.  ¡Apoyemos!


martes, 24 de agosto de 2010

Jubilados




El fin de semana bajé a Coatepeque, pasé frente a una tienda y ahí en la banqueta degustando una “agüita y un panito”, se encontraba un amigo de mi padre. Como es costumbre en esos tipos entrañables, me invito a degustar lo que él comía. Yo acepté la invitación, más por compartir viejos recuerdos y saber de viejos conocidos. Pero hubo algo que me dejo triste y frustrado. Mi interlocutor fue un maestro rural de gran valía, muchas generaciones lo atestiguan. Cuenta Don Mario: “no es justo que dejé 35 años de mi vida al frente de la niñez de en una escuelita de Coatepeque, llegué desde la escuela Rural de la Alameda a este pueblo querido, aquí deje gran parte de mi vida, lo que gano como jubilado es una miseria, puse una Tienda con mi compañera”, con un dejo de gran decepción me dijo que esta semana le habían tirado bajo su puerta dos misivas, una era que se le había reevaluado su casa y debía pagar más IUSI y otra que debía terminar de pagar la extorsión que le habían hecho días atrás, solo que ahora “por los intereses” el pago aumentó considerablemente, don Mario dice: “Ya estoy harto, primero los mareros, después todo esta más caro y ahora el impagable IUSI, no se que voy a hacer, le solicitamos al Gobierno una revisión del salario de las jubilaciones, un aumento de las mismas y que las bonificaciones se trasladen al sueldo base, nos tienen del tingo al tango y no nos resuelven nada. Unos compañeros enviaron una solicitud por medio de un abogado coatepecano”, me enseñó los escritos que muestran la triste realidad, el “señor gobierno” después de que sus “servidores” les informaron de la solicitud, por medio de memorandos, oficios, y demás etcéteras, sencillamente les dijeron NO a la solicitud.
Concluyó don Mario: “¿Qué podemos hacer, es posible en esta nuestra Guatemala tener la esperanza de que algún día los jubilados podamos disponer de nuestro dinero -el cual hemos aportado durante toda la vida laboral, 42 años en mi caso- para vivir con un poquito de dignidad?, invito a los jubilados de la región a que nos unamos y exijamos nuestros derechos. ¡No pedimos más que JUSTICIA!”

miércoles, 18 de agosto de 2010

Mi perro





Mi viejo perro
(Prolegómeno)
Me mira con la misma sensatez que el tiempo y con los ojos tristes
mi viejo perro quiere decirme adiós sin la violencia del olvido.
Permanece en silencio y cuando me voy de casa sus ojos se distancian del tiempo
y se hacen vida con las lágrimas de su olvido.
Se me lleva en silencio. Se me arrastra a los días felices en que ambos veíamos la vida
como un eterno juego entre los días.
Su presencia me presencia a todos los seres con los que ambos convivimos,
muchos se  quedaron a mitad de camino.
El lo sabe. Lo intuye. Lo refrenda en su pequeña memoria y asume la nostalgia
de los tiempos huidos para siempre.
Mi viejo perro, como yo, se abandona a la desesperanza de los atardeceres.

Una de estas noches
Noche de alma en pena
Pena de alma de la noche
En la noche de la pena…

Johny,
andaba solo en la noche
Solo…
Con frío…
Sin ella…
         Aulló a la luna llena…
         Y vio…
         Y sintió…
         Que estaba ausente y callada…

Olfateó el olor, recuerdos de aquel cuerpo joven
la rosa morada de sus pezones sin cachorro
las lagrimas secas de sus ojos sin luz
el rictus helado en su boca sin aullidos

Aulló, aulló, aulló,
Lar-ga-men-te
Como solo se hace cuando se ve a la muerte
Se insulta a la luna
O se llama al terremoto…
Y le dejó su corazón de perro
Acurrucado en su puerta cerrada…

¡Ah! El corazón de mi perro

Su flaca alma de can sin raza
Se ahogó en un charco sin luna…
Y su cuerpo de perro
Con lodo,
Con odio,
Con sangre,
Con poesía,
Con dolor,
Lamió los restos de cerveza en el patio…
¡Ah mi perro!...
Su corazón…
Su alma…
Su cuerpo…
Su vejez…
Esperando la muerte…
Nada más…

 



viernes, 13 de agosto de 2010

JUANITA

Juanita de tan solo ocho meses, murió en la última tormenta que azotó Guatemala. De casualidad estuve en el entierro ese día sábado. Morena, de ojos negros, no tuvo la oportunidad de vivir. Su único pecado en la vida, nacer a la orilla de un barranco, en una covacha de adobe, destruida por una correntada de piedra pómez desde una mina de material que utiliza una empresa de bloques de cemento. Descanse en paz.

Juanita
Te vas,
tristemente,

Te marchas,
te has ido

te vas.

sin aprender a decir adiós,
a decir, mamá,
a quien miraba
tus pequeños ojos negros

No te han dejado vivir,
te han cerrado las puertas
muy pronto, muy rápido
...los de siempre

Lo supe ese día...
muy débil sonaba tu llanto
en un río de vergüenza y lodo
en un cielo de luto y dolor

No has podido ver la luna
dar un beso enamorada,
correr, saltar, mirarlo a los ojos,
...no te han dejado

No has podido acabar ese libro,
abrigarte si tenías frío,
llegar tarde al trabajo,
...no te han dejado

No has podido ver el arco iris,
jugar a la cuerda con tu hermano
visitar a tu abuela en las faldas del volcán,
...no te han dejado

No has podido llegar a la escuela
aprender el A, B, C...
porque hoy han sido otros los que
...no te han dejado

No has podido ser Juanita
y me avergüenzo cada minuto
de mi, de nosotros, de mi especie
porque ...no te hemos dejado

Te vas,
tristemente,
te vas
y tristemente también
algo de mi
se va contigo

martes, 10 de agosto de 2010

... SAUDADE







A medida que nos acercamos a la muerte, también nos inclinamos hacia la tierra. Pero no a la tierra en general sino a aquel pedazo, a aquel ínfimo pero tan querido, tan añorado pedazo de tierra en que transcurrió nuestra infancia. Y porque allí dio comienzo el duro aprendizaje, permanece amparado en la memoria.
Melancólicamente rememoro ese universo remoto y lejano, ahora condensado en un rostro, en una humilde plaza, en una calle, en un pueblo llamado Guazacapán.
Siempre he añorado los ritos de mi niñez con sus Reyes Magos que ya no existen más. Ahora, hasta en los países tropicales, los reemplazan con esos pobres diablos disfrazados de Santa Claus, con pieles polares, sus barbas largas y blancas, como la nieve de donde simulan que vienen. Rememoro esa niñez pobre, donde como por arte de magia, en esa época “los reyes magos” apenas nos dejaban un juguete de lata, o unos pocos caramelos, o alguna tijerita de juguete para que mi hermana pudiera imitar a su madre costurera, cortando vestiditos para una muñeca de tuza.
Hoy a esos Reyes Magos les pediría sólo una cosa: que me volvieran a ese tiempo en que creía en ellos, a esa remota infancia, hace mil años, cuando me dormía anhelando su llegada en los milagrosos camellos, capaces de atravesar muros y hasta de pasar por las hendiduras de las puertas —porque así nos explicaba la abuela que podían hacerlo—, silenciosos y llenos de amor. Esos seres que ansiábamos ver, tardándonos en dormir, hasta que el invencible sueño de todos los chiquitos podía más que nuestra ansiedad. Sí, querría que me devolvieran aquella espera, aquel candor. Sé que es mucho pedir, un imposible sueño, la irrecuperable magia de mi niñez con sus navidades y cumpleaños infantiles, el rumor de las chicharras en las siestas de verano.

Sí, querría que me devolvieran a esa época cuando los cuentos comenzaban «Había una vez...» y, con la fe absoluta de los niños, uno era inmediatamente elevado a una misteriosa realidad. O aquel conmovedor ritual, cuando llegaba la visita del circo que ocupaba la plazuela enfrente de la iglesia y con silencio contemplábamos los actos de magia, y el número del domador que se encerraba con su león en una jaula. Y los payasos, Plantilla del zapato y Lechuguino, que nos hacían desternillarnos de risa.
Lo rememoro siempre que contemplo los payasos que pintó Rouault: esos pobres bufones que, al terminar su parte, en la soledad del carromato se quitan las lentejuelas y regresan a la opacidad de lo cotidiano, donde los viejos sabemos que la vida es imperfecta, que las historias infantiles con Buenos y Malvados, Justicia e Injusticia, Verdad y Mentira, son finalmente nada más que eso: inocentes sueños. La dura realidad es una desoladora confusión de hermosos ideales y torpes realizaciones, pero siempre habrá algunos empecinados, héroes, santos y artistas, que en sus vidas y en sus obras alcanzan pedazos del Absoluto, que nos ayudan a soportar las repugnantes relatividades.
En la soledad de la casa que habita mi madre contemplo el reloj que perteneció a mi padre, la vieja máquina de coser Singer de mamá, una jarrita de plata y el Colt que tenía papá siempre en su cajón, y que luego se guardó en su mesa de noche, hasta llegar a mis manos. Me siento entonces un triste testigo de la inevitable transmutación de las cosas que se revisten de una eternidad ajena a los hombres que las usaron. Cuando los sobreviven, vuelven a su inútil condición de objetos y toda la magia, todo el candor, sobrevuela como una fantasmagoría incierta ante la gravedad de lo vivido. Restos de una ilusión, sólo fragmentos de un sueño soñado.
…………………………………………………………………………………………..
Corazón sin luz, tu grave pena lloras, tus sueños no volverán, tu infancia ya terminó. La tierra de tu niñez quedó para siempre atrás, sólo podés recordar, con dolor, los años de su esplendor. Polvo cubre tu cuerpo, nadie escucha tu oración, tus sueños no volverán, corazón, tu infancia ya terminó.

lunes, 9 de agosto de 2010

MI ALEPH

En la parte inferior del escalón, hacia la derecha
Vi una pequeña esfera tornasolada, de intolerable fulgor
La creí giratoria, pero era una ilusión
Producida por los vertiginosos espectáculos que veía (sic)

Vi el populoso mercado, el alba y la tarde
Vi las muchedumbres de mi país
Vi una ametralladora amurallada en Tikal
Vi un laberinto rojo de sangre...de mártires

Vi interminables ojos escrutándome
Vi los ojos de Otto René, Robin Garcia, Irma Flacker
Vi los ojos de los masacrados del Quiché
Vi a los recién nacidos estrellados contra el muro

Vi en el traspatio de la calle las ánimas en pena
Vi enfrente del zaguán de la iglesia de Fray Pedro
Vi joyas de oro y plata, los tesoros del pueblo
Vi a la reina de España firmando la Encomienda

Vi un desierto de tierra seca donde había un árbol
Vi un ejemplar de La Vaca de Monterroso olvidado
Vi la lista de los maestros destituidos
Vi la lista de los corruptos y cobardes destruida

Vi mis propios presagios y mis sueños
Vi que puedo construir un universo de utopía
Vi los intentos dirigidos desde el poder para sacralizar la literatura
Vi y dudé en el valor de la palabra

Vi a la parte lúdica de mi existencia,
Vi que a la mayoría nos ha sido vedada,
Vi la fuerza de los titanes y la eternidad de Prometeo
Vi MI ALEPH desde todos los ángulos

Vi la magia del conquistador Ercilla...una ironía
Vi la magia de Borges, conceptual e irónica
Vi Mi Aleph, el real, el de mi pueblo
Vi a mis parientes, a mi gente, a mi patria

Vi la cara del campesino y sentí vértigo
Vi la cara del estudiante y gemí de tristeza
Vi que no se puede justificar la vida que es fugaz
Vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara y lloré

UN PUEBLO SIN PAN NI CIRCO

Un pueblo sin pan ni circo




… y siguen las burdas maniobras en las políticas del Gobierno, ahora de la mano del Ministro de Cultura y Deportes. La riqueza del arte guatemalteco y su importante función como rostro del país en el extranjero no son suficientes motivos de atención para el Ejecutivo, que ha relegado al olvido a los diferentes grupos que se dedican a la enseñanza y difusión del arte.

No hay dinero para eso “Todo se recorta a la mitad”, dijo el ministro de cultura, Jerónimo Lancerio, quien argumentó limitaciones presupuestarias del Estado. Sin embargo, no mencionó que en la Semana Santa última la cartera a su cargo gastó Q2.5 millones para el programa Vamos a la Playa, de claro interés populista, impulsado por Cohesión Social, y en diciembre de 2009 compraron 55 mil pares de zapatos deportivos, a un precio de Q1.5 millones.

Tiene toda la razón Léster Godínez, director de la Marimba de Conciertos del Palacio Nacional, que explica que el Ministerio de Cultura y Deportes “nació mal, porque es un híbrido”. Para quien no lo quiera entender y contra todo pronóstico, el señor Lancerio muestra una patética imagen de quien lo acomete, todo con tal de “quedar bien” con la doña.

Ya no nos resta ni pan para alimentar el cuerpo, ni circo para alimentar el alma y soñar en un país que crece. Lo que nos queda es apretar los dientes y aguantarnos. La resaca diurna dura ya demasiado en este país despatriado y amortajado; los sin pan siguen tirados sobre las aceras, en las camillas de los hospitales, en las cárceles, en las bancas de los juzgados esperando justicia. Los que quieren hacer algo, simplemente son ignorados, amenazados y despatriados dentro del mismo suelo. Progresan los dinosaurios y la cultura queda proscrita. La cultura desfallece pactada por una sociedad del “qué me importa”. Y en una sociedad podrida son los gusanos los que más prosperan. Pero no podrán con el pueblo. No hace mucho tiempo que alguien dijo que apoyar la cultura es el mejor aliciente para despertar las ansias de libertad, por eso no la apoyan. Pero el pueblo volverá a abrir la puerta de la cultura y la democracia un día de estos. ¡Ojalá!