martes, 29 de noviembre de 2011

Patricia Barba

Autobiografía

Infancia
Mi padre fue un ingeniero agrónomo de convicción de izquierda marxista; mi madre fue todo lo contrario (excepto en sus últimos días en que tuvo una transformación maravillosa), nos obligó a adoptar el catolicismo (lo que en mi caso fue contraproducente, pues se reafirmó mi postura anti-jerarquías eclesiásticas). Desde la niñez he sido atea, aunque he llegado a respetar profundamente la Teología de la Liberación y soy admiradora del Jesucristo Revolucionario. 

Adolescencia

A los 14 años escribí una carta al Comandante Fidel Castro Ruz; mientras caminaba hacia mi salón de clases (en una Escuela de Monjas), se me cayó la carta que fue recogida por una religiosa. Esto casi me causó la expulsión del colegio.  Escribí otra carta que envié y fue recibida por la Embajada de Cuba en México. Debido a eso, la Embajada me invitó al Festejo por el Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, al que asistí acompañada de mis padres.

A los 21 años me fui a Cuba y ahí conocí al Marino Mercante, Carlos Hierro García, Jefe de Máquinas del Buque "Playa Larga" que el 11 de septiembre de 1973 iba llegando a costas chilenas justo cuando Pinochet dio el golpe de estado contra Salvador Allende. La marina chilena ordenó a los cubanos entregarse pero al rehusarse, los bombardearon. Para que el buque no se hundiera, lo nivelaron con la carga y llegaron a La Habana donde los recibió Fidel con la Medalla "20 Aniversario".  Mi esposo era también miembro del Partido Comunista de Cuba.  Esto fue de gran relevancia para que se me permitiera vivir en Cuba como residente extranjera.  Me casè con Carlos Hierro y a los 4 años me divorcié al cambiar èl de convicción política (ahora vive en Miami).  

A mi regreso, empecé a participar en movimientos de izquierda. En 1994 asistí a la Selva Lacandona después del levantamiento del EZLN en enero de ese año. Tomè parte en el órgano de difusión de la Convención Nacional Democrática zapatista. Posteriormente, formé parte del FAC-MLN (Frente Amplio para la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional).  En 1997, al postularse para la Jefatura de Gobierno del D.F. el Ing. Cuauhtèmoc Cárdenas, participé en la campaña.  En el año 2000, igualmente participé en la campaña, como periodista, para la elección de Andrés Manuel López Obrador como Jefe de Gobierno.  En ese entonces editábamos un periódico llamado "Voces ciudadanas".  En el año 2005, tomé parte en el amplio movimiento en contra del desafuero de López Obrador orquestado por la derecha. Al año siguiente, me integré al Equipo Editorial del Periódico "La Palabra", y fui comentarista de radio y TV, hasta que el gobierno ordenó nuestra expulsión. Tambièn fui elegida Directora General del Consejo Nacional de Comunicadores Ciudadanos, A.C. (CONACC), surgido a raíz del fraude del 2006.


En el año 2008 ingresé como comentarista a Radio La Nueva República, como titular del programa "Desde la raíz" y, posteriormente otro programa titulado "Sabía usted que", dando cobertura a los acontecimientos en nuestra América, Europa y el resto del mundo.  Siempre mantuve y sigo manteniendo una estrecha relación con mi familia cubana (la que reside en Cuba) y mis amigos en la isla. Hace un par de meses entré en contacto con los colegas de La Radio del Sur, Jean Araud y Rosario Salazar y se ha generado una extraordinaria colaboración mutua, además del impulso del proyecto "Trincheras Amigas Revolucionarias".

He apoyado a movimientos de defensa de los derechos de la mujer, así como los derechos de todos los sectores de la sociedad. No soy específicamente feminista pues creo que las mujeres han sido víctimas, como lo han sido los hombres, de un sistema que no respeta ni  género, ni razas, ni creencias ni fronteras.

Se me ha informado por parte de los colegas de La Radio del Sur que retransmiten mi programa, además de participar con ellos con comentarios en los espacios "Así de simple" (conducido por Jean Araud y Rosario Salazar) y "Sonidos del Alba" conducido por por América Millán y Nieves Valdés de Radio Nacional de Venezuela.  Asimismo, mis artículos son publicados por la Red Hermes y La Polilla Cubana, de mi entrañable hermana Rosy Báez.

También soy miembro de la Sociedad Mexicana para la Investigación Escèptica, donde se publicó un ensayo que escribí sobre ciencia, política y religión.

Actualmente radico en Tijuana, B.C., desde donde desempeño mi labor periodística.


Con mi abrazo fraternal, espero les sea de utilidad esta información.  Estoy a sus órdenes y les hago llegar mi cariño y solidaridad,


lunes, 21 de noviembre de 2011

SI EL POETA CALLA...




“... ¿y para qué poetas en tiempos de penuria?”, pregunta la 248 elegía de Hölderlin «Pan y Vino». Hoy apenas si entendemos la pregunta. ¿Cómo podríamos entonces entender la respuesta que da Hölderlin?: ...No todo lo pueden los celestiales/ Pues antes alcanzan el abismo los mortales/ Así cambian las cosas con ellos/ Largo es el tiempo, pero acontece lo verdadero.
¿Qué dirían grandes poetas como Otto René Castillo, Irma Flaquer, Roberto Obregón,  Alaíde Foppa,  José María López Valdizón o Luis de Lión, si hubiesen presenciado el desfile del domingo anterior con pancartas donde se leía “Gracias a los soldados y no a los poetas podemos hablar en público”? Manifestantes pobres de espíritu, no saben que si el poeta calla…  ¿Quien dibujara el sentimiento? ¿Quien escuchara la mar? ¿Quién dirá de que tamaño es el frío de la muerte? ¿Como luce una rosa en su rosal? O ¿Como huele en el pecho de un cautivo el aroma de la ansiada libertad? Si el poeta calla… ¿Quien llorará a la vida? ¿Quien de la muerte se reirá?…
Nuestros hermanos mayores, los poetas de los 70´s  escribían para "la inmensa minoría". Dejaron  un legado que no solo trasciende, sino también porque el poeta siente como suya la palpitación de cuanto calla, y la hace ser (debe hacerla ser) diciéndola. Esta es precisamente su misión. No expresarse a sí mismo sino mantenerse fiel a esas voces más vastas que buscan en él la articulación y el verso, la expresión de  luz a la verdad. Hoy estamos ante un nuevo tipo de receptores expectantes,  y nada parece tan importante en la lírica reciente como ese desentenderse de las minorías y, siempre de espaldas a la pequeña burguesía semi-culta, ese buscar contacto con unas desatendidas capas sociales que golpean urgentemente nuestra conciencia llamando a vida. Los poetas deben prestar voz a esa sorda demanda. 
Ante  la pregunta de Holderin: ¿Para que sirve la poesía en estos tiempos de maldad y oscuridad?: Para sobrevivir gracias a la magia solar del verso. El poeta no debe callar, pero si lo hace su silencio debe ser la página sobre la que escribamos la palabra que dignifique al mundo, que reconstruya la patria.